En FranklinCovey queremos que utilices en tu día a día y en tus relaciones un lenguaje proactivo ya que la forma en cómo nos expresamos es un indicador muy real del grado en que nos vemos a nosotros mismos.Usar un lenguaje proactivo nos hace sentir más capaces y nos faculta para actuar, por esta razón queremos mostrarte la diferencia entre el lenguaje proactivo y el reactivo. ¡Sólo cuando somos conscientes del uso de nuestro lenguaje, el cambio comienza! ¿Quieres iniciar un cambio en el lenguaje que utilizas a diario?1. Lo primero que debes hacer es preguntarte ¿De qué manera el lenguaje reactivo te afecta cuando los escuchas? ¿Cuándo lo usas? ¿Qué impacto tiene usar un lenguaje proactivo en tu día a día?2. Luego intenta usar conscientemente las siguientes oraciones:
“Yo elijo…”
“Voy a…”
“Quiero…”
“Puedo…”3. Práctica un lenguaje proactivo. Piensa en frases proactivos para remplazar estas frases reactivas tan comunes:
“Me arruinaste el día”
“Es que estoy de mal humor”
“Me haces enojar mucho”
“Así soy yo”¡No esperes más para comenzar a usar un lenguaje proactivo que enriquezca tus conversaciones!
“Un gran problema con el lenguaje reactivo es que se vuelve una profecía que se autocumple. Las personas se sienten cada vez más víctimas y fuera de control, no a cargo de su vida y su destino. Culpan a fuerzas externas – otras personas, circunstancias, inclusos a las estrellas- por su situación”